Durante los años 60 uno de los más
grande científicos del planeta comenzaba a formarse, Stephen Hawking (Eddie
Redmayne) es un hombre que solo busca poder salir delante hasta que cae
enamorado de Jane Wilde (Felicity Jones), es así como un amor tan puro y único
comienza a nacer poco a poco en una de las más extraordinarias historias que
existen.
Existen pocas historias de amor
que nos tocan el alma, pero aún más extraño es encontrar una historia de la
vida real que nos demuestre que el amor existe en este mundo. The Theory of
Everything nos narra la extraordinaria vida de Stephen Hawking y su hermosa
relación con una mujer que se dedicó cada minuto de sus días a cuidarle y quererle dándole las fuerzas para llegar a ser
quien es ahora. James Marsh se dedica a tomar cada detalle creando la atmosfera
necesaria para transportarnos al tiempo en que cada personaje se desarrolla
desde los colores hasta la forma de poner la cámara pero sobre todo la
maravillosa manera de convertir este guion en una de las mejores historias de
verdadero amor que hemos tenido en mucho tiempo.
Si la cinta nos muestra una gran
biografía sobre una gran persona pero más allá de eso tenemos dos de las
mejores actuaciones juveniles en muchísimo tiempo. En la vida de los actores
existen momentos difíciles al tratar de crear un personaje pero esto es mucho
más complicado si eso incluye dar vida a una figura que realmente existe es por
esto y más que el trabajo que aquí se realizo es demasiado impactante. La
hermosa Felicity Jones se embebe en esta mujer que dio todo lo que su alma y
cuerpo pudieron dar por cuidar a un hombre que le brindó la oportunidad de
sentir amor por primera vez demostrado que la famosa frase “detrás de un gran
hombre hay una gran mujer” es muy cierta, Jones entrega un trabajo tan hermoso
que nos vamos desgastando junto con ella en este difícil viaje de un amor
demasiado puro.
El no tan novato Eddie Redmayne
simplemente se roba cada momento en esta impresionante transformación que tanto
física como emocional nos va atrapando al grado de que por casi tres horas
sufrimos constantemente. Redmayne no solo logra demostrarnos su capacidad
actoral si no lo difícil que es hacer este tipo de trabajos donde este hombre
pasa un poco más de la mitad de la película sentando en una silla donde solo su
expresión facial nos debe entregar cada dialogo que pretende decirnos, es
asombroso como este actor se convirtió en la sorpresa para muchos al poder
mostrarnos dos etapas muy diferentes de la misma persona y en cada una de ellas
lograr transmitir la esencia de este Profesor. Mucho más que una biografía está
película se convierte en una gran clase actoral pero sobre todo en una historia
de amor trasmitida desde el fondo del corazón de tal manera que tocan cada uno
de estos dentro del público presente.
10/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario