La
última entrega de la poderosa trilogía de Ben Kane ha llegado y una vez más nos transportamos a Roma junto a nuestros
dos hermanos favoritos. En esta ocasión Kane decide utilizar su mágica pluma
para contarnos de manera interesante como es que cada uno de sus personajes
cierran su ciclo de vida, pero lo que sigue siendo una delicia de este libro es
la manera impresionante en que combina la fantasía con la realidad mezclando a
la perfección la vida de sus dos personajes centrales con la de aquellos más
importantes en la historia romana. Algo que me hizo obsesionarme con estas
historias no es solo eso mismo, la trama, sino la forma tan excelsa en la que
este escritor te hace viajar en las escenas de acción pues mientras las leemos sintiéndonos
como si estuviéramos viendo una película de acción donde todo lo que ocurre te
emociona pero jamás llega hacerte tedioso es esto lo que en cada ocasión que
Rómulo se enfrenta algo no podemos parar de leer pues nos llenamos de
adrenalina.
Fabiola
y Rómulo han estado separados muchos años y ahora podría darse la oportunidad
que tanto han anhelado pero las cosas no son tan sencillas como parecen
mientras una se ha vuelto una mujer manipuladora llena de rencores que se ha
mantenido viva gracias al deseo de venganza junto con la esperanza de ver a su
hermano, el otro se ha convertido en un ciervo leal de quien podría ser su
padre y el violador de su mama pero sobre todo ha tenido que vérselas negras
pues las adversidades que le esperan no se comparan a nada creando su moral
intocable. Así es como Ben Kane cierra este episodio dándonos uno de los
finales más impresionantes que he tenido el placer de leer pues en verdad nada
de lo que sucede es lo que esperábamos logrando así no solo una historia que de
principio a fin te entretiene sino además una de las mejores trilogías que han
caído en mis manos pues te urge saber que sucederá con estos dos mellizos, Kane
logra crear una historia épica con grandes personajes que recordaremos siempre.
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