Mitch Cullin nos trae de regreso
a ese inspector que todos queremos conocer por el simple hecho de ver sus
habilidades en acción pero no solamente eso sino que nos brinda la oportunidad
de conocerlo en una etapa de su vida done la edad comienza a cobrarle cuentas y
el sufrimiento que durante tantos años ha decidido guarda podría llegar a salir
de esa dura armadura. Un Sherlock Holmes como nunca antes lo hemos visto pero
con todos los múltiples detalles que han caracterizado al fantástico personaje
de la literatura es lo que Cullin nos brinda con su ligera manera de escribir
pero sin perder la esencia de las historias originales donde la magnífica forma
descriptiva de Holmes era lo que nos emocionaba.
Mediante tres casos distintos en
diferentes épocas de la vida de Holmes es como Cullin nos lleva sobre la vida
de este hombre quien poco a poco se va percatando que las cosas no son tan
sencilla como él las quiere ver y que inclusive puede tener sentimientos de unión
para con las otras personas, la manera sencilla con la que brincamos de un caso
a otro es lo que nos mantiene al pendiente pues no logramos entender las cosas
que suceden pero es su impresionante final el que nos deja con el ojo cuadrado
por los inesperados giros que este hace para resolver cada uno de los
conflictos que hemos venido leyendo, una experiencia única que nos regresa a
esa época donde los misterios y secretos eran lo que hacía vibrar a los
lectores sin duda una de las historias que no se pueden perder, un viaje a través
de los sentimientos del hombre más enigmático del mundo literario con esos
pequeños detalles que hacen que nos emocionemos.
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