Josh
(Lucas Till) es un DJ con mucho éxito pero con una vida personal bastante
horrible que lo ha obligado a vivir en un mundo lleno de drogas y alcohol hasta
el punto en donde la ley tomará la decisión de mandarlo al pueblo de su padre
donde poco a poco se dará cuenta de que necesitaba un cambio y el cambio lo
necesitaba a él.
Iniciemos
con sus dos personajes principales que no logran transmitir nada pues decidieron
elegir a las dos tablas más grandes del planeta pues ni Katrina Norman, que
tiene la gracia de una ballena, y mucho menos Lucas Till, quien da pena en cada
acción que toma, logran entregar algo decente que nos deje decir bueno por lo
menos había química entre ellos. Por otro lado tenemos miles de personajes que
rodean la historia de estos dos que tiene poca presencia en la cinta por lo que
no te afectan en absoluto y a excepción de Laura Dern nadie sobre sale o vale
la pena mencionar pues en verdad se sienten como una excusa para llenar una
historia que no daba para más de 10 minutos.
El factor
guerra se siente tan pero tan mal utilizado que en más de una ocasión en lugar
de ser agradable molesta puesto que no se siente como parte de la trama central
que es el concurso de baile que inicialmente es atractivo pero se pierde mucho
tras querer convertir todo esto en una historia de superación por la pérdida de
un ser en la guerra. Bravetown en realidad es una serie de malas decisiones
junto con una dirección aburrida que no lograr entrarnos nunca en la cabeza que
con todo en su contra decidió utilizar
los peores actores que tiene el medio en estos momentos para crear una de las
peores películas de este 2015.
0/10
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