Es
momento de un clásico y es así como esta historia de Julio Verne llega a
nuestros ojos por mera curiosidad. Julio Verne es uno de esos escritores
demasiado avanzados para su época pero lo que más me sorprende es la forma en
la que justifica las acciones de cada uno de sus personajes mediante una
explicación científica bastante convincente volviendo sus viajes algo mucho más
real de lo que aparentan por lo que logra hacer que no unamos a esta travesía
que parece imposible pero que resulta ser uno de los momentos más interesantes de
su vida. Pocas han sido las historias que me han hecho succionar el libro a una
velocidad extrema y está es una de esas pues desde su narración fluida hasta la
magia que rodea cada cosa que pasa provocan que no queramos parar de leer.
Junto
al extravagante profesor de mineralogía Otto Lidenbrock y su sobrino Axel
encontraran indicios de la posibilidad de acceder al centro de la Tierra, a
pesar de sonar como algo imposible ambos se lanzan en una travesía llena de
sorpresas para alcanzar el centro del globo con muchas suerte y algunos
momentos llenos de tensión. Julio Verne crea personajes con los que te
encariñas rápidamente pero sobre todo sabe crear a un narrador lo
suficientemente juvenil para captar la atención de los más jóvenes pero con la
inteligencia de un adulto provocando así una narrativa para todas las edades.
La pregunta que uno se queda al final es se podrá realizar dicho viaje?
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