jueves, 9 de diciembre de 2010

El regalo Perfecto II


Pasaron los dios y la navidad estaba cerca y no tenia ganas de verla llegar.  Esta vez estaría solo, los siguientes días solo me encerraba en mi cuarto a pensar en lo que podría estar haciendo con el, y que sin el no tenia sentido seguir adelante simplemente me hacia falta Raúl. No puedo sonríe, no puedo reír absolutamente de nada solamente puedo ver el rostro de Raúl y la imagen de el siendo arrojado a metros de distancia donde su rostro con manchas de rojas y los ojos cerrados no sale de mi cabeza, no puedo recordar si mirada y su sonrisa es como si nunca las hubiera visto .
Dos días para navidad y a pesar de que los regalos vienen, ya no existe un regalo perfecto. Mi hermano y amigo y no esta ahora salgo, siempre recordando como era que me enseñaba  lo bueno y lo menos, cuando cruzo la calle lo hago pensando que esta  junto a mi. Todo el día voy y repito monótonamente lo que hicimos aquel último día que estuvimos juntos. El lago, la nieve, la plaza, todo cada una de las cosas que hacíamos regresando al final a la casa con la tristeza en los ojos sin que pueda a volver a ser feliz. Siempre con los ojos húmedos.
Mi peor navidad llego, la cena tomo inicio y mientras todos hablaban además daban gracias yo solo me mantenía callado, no probé casi  nada, mis familiares me observaban muy seriamente después del que dichoso intercambio empezó, decidí salirme de la forma mas disimulada que pude de aquella reunión, en el patio veía detenidamente al árbol de navidad  decorado con los colores favoritos de Raúl, rojo y verde. Sus padres estaban contentos, no lograba comprende aquella felicidad, de donde aparecía, si acababa de morir su hijo nunca lo entendería. Mientras tratada de contener las lagrimas que tocaban mi rostro poco a poco, solo de pensar que no estaba  el esa navidad conmigo una navidad donde solo sentía soledad.
Su madre salió, se acerco, trate de secarme rápidamente todas las lágrimas, me abrazo  con una ternura y cariño que no entendía. No aguante más y pregunte- Como es posible que sea usted feliz después de todo lo que paso-  ella solo sonrío, me miro fijamente y dijo- Por que cuando te veo, veo a Raúl  se que la felicidad que el tenia era la tuya y si tu no lo estas el no lo esta- no supe que contestar, lo medite, al principio no entendí pero creo que al final comprendí su idea no salio palabra mas después de eso. Unos minutos pasaron, ella regreso a la fiesta, me quede parado me acerque y me asome por la ventana varias veces cuando lo intente por ultima ves mi madre hizo una señas para que entrara a la casa.
Entré a la fiesta y el silencio se apodero de esta. El papa de Raúl lo rompió. Este regalo es de Raúl para ti. Me miro fijamente, me quede sin habla y todos los sentimientos mas contradictorios del mundo se venían hacia mí rompiéndome y deshaciéndome por completo. Lo tomé y lo abrí, en este había un portarretratos de un color gris con una foto de nosotros, el me abraza por el cuello con una mano, los dos sonreíamos y sus ojos me veían fijamente, esos ojos verdes que no recordaba, pensé que me tiraria llorar pero no sonreí detrás del portarretratos pegado se encontraba una nota. Termino la reunión y me subí al cuarto donde leí aquella nota que no quería leer en público.
Esta decía -Mi hermanito siempre estaré contigo y te protegeré- en ese momento pede oír la voz de Raúl y comprendí por completo las palabras de su mama, aquella noche y solo sonreí. Voltee hacia el cielo y puede ver que la estrellas iban apareciendo y lo pude sentir conmigo. Desde aquella noche volteo sin olvidar una sola noche durante varios minutos al estrellado cielo para recordar saber que Raúl esta conmigo, por que el me enseño que sin importar nada siempre existiría algo que nos recuerde quienes somos y que debemos vivir la vida día con día como si fuera el ultimo no importando las adversidades por que el regalo perfecto siempre es la felicidad y esta ni la muerte puede detenerla, por eso siempre será el regalo perfecto.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario