Glee regreso una vez más con una
temporada que no prometía demasiado pues arriesgarse a dividir al grupo que
origino toda esta historia poniéndolos en dos diferentes escenarios era algo
que tantos los Gleeks como los no seguidores temía fuera el más grande error de
todos. Dejando que en nuestras mentes creyéramos que esta cuarta entrega sería
la última que veríamos sobre nuestros perdedores favoritos pero vaya sorpresa.
Con un inicio lento poco a poco esta temporada se fue recuperando pues lograron
un gran balance dando giros bastante interesantes en cada uno de los personajes incluyendo a los nuevos
pues en esta ocasión tomaron la iniciativa de tocar temas más fuertes con
episodios muy intensos o temas similares a la primera temporada pero de manera
más ligera poniendo mucho hincapié en las relaciones interpersonales tanto en
pareja como amigos y sus diversos problemas una temporada que realmente
corrigió todo lo mal hecho en la tercera dejándonos a todos emocionados por una
nueva sección.
Con algunos miembros de New
Directions ya graduados los viejos integrantes tendrán que hacer nuevos amigos
para lograr ganar cada competencia pero el drama no los deja atrás pues en cada
personaje tendremos una nueva aventura que los pondrá al límite de sus
sentimientos. Por otro lado los viejos amigos no se olvidan pues ahora en Nueva
York parte de los originales están viviendo la experiencia de la universidad
teniendo conflictos que pondrán al máximo sus capacidades para alcanzar sus
diversos sueños mientras algunos de ellos aún están definiendo que harán con
sus vidas.
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