martes, 15 de marzo de 2011

Dialogo de un Moribundo


      - Sonriendo cada vez que veo a alguien pasar, observando a cada persona que me rodea a cada víctima de la crueldad de la vida. Me encuentro aquí en la misma habitación que tanto recuerdos me trae, que comúnmente llamamos “cuarto” con los objetos que me recuerdan aquellas buenas épocas donde podía correr sin cansarme, cantar sin sufrir, vivir sin llorar. Porque será que cada vez que uno siente que la vida está llena de alegría, porque cuando uno va por el sendero tranquilo con paz en sí mismo. Llega una piedra en el camino que nos hacen caer poco a poco, tirando cada uno de los cimientos de aquel edificio que cuesta tanto trabajo construir. Porque ahora el dormir es tan complicado, tan terrible tan odioso, tan escalofriante aquella sensación de vacío dentro de ti como si jalaran de ti lejos de ti aquello que llamamos alma, como si te absorbiera un esponja lejos de tu cuerpo llevándote fuera del como si hubieras cumplido toda función que tenías en este mundo, listo para partir de aquí. Cada momento de tristeza donde quieres soltar en llanto pero no te quieres rendir, cunado sigues dando de todo para que todo mejore y aun así no sirve, te sientes débil, inútil, triste. Cuando tu último esfuerzo solamente es la esperanza, cuando el ultimo respiro del día duele en cada fibra del cuerpo, cuando el llanto es la única salida de la etapa de desesperación, pero las fuerzas y el poco valor que te queda en el cuerpo te hace tragarte cada lagrima del cuerpo, a pesar de que este se sienta débil, flojo, vacío, poco a poco decayendo. Por más que vez al horizonte solo vez el sol irse lejos de ti. Dejando cada una de las estrellas iluminando tu oscura y negra noche. Siendo, avece la fría, silenciosa y seca soledad tu única acompañante durante tu esperar nocturno, cada uno de esos puntos que ilumina tu cielo se va desapareciendo mientras los recuerdos de personas, lugares, horas e inclusive fechas rodean tu mente. Se apagan en segundos que se vuelven eternos. A pesar de sentir que te vas que desapareces y te alejas de este mundo, con las lágrimas cayendo y resbalando con esa sencilla fluidez que vez cuando un niño llora por algo. Llorando recuerdas, llorando agradeces, llorando te alejas sin camina, recostado viendo la simple soledad que te rodea, vez como los demás sufriendo por algo que no deben de sufrir. Por lo que te sientes la persona más mísera de este planeta, viendo a cada una de esas estrellas que dejas sin querer dejarlas sufriendo por algo que no es su culpa, viendo otras que no pensaría que sufrirían y aun otras que considerabas que lo harían y no lo hacen. Porque en este momento quieres dejar de luchar de perder toda fe que tienes, la desesperación, frustración, y l decepción de ti mismo. Pero el dolor, el estrés te hace que te dejes caer sedes a aquella fuerza sobrenatural que nos jala de este mundo mientras dormimos, y entonces ese miedo de no despertar se hace real y no despertamos. He ahí cuando un moribundo termina su recuerdo de vida viendo, sabiendo que su tiempo llega a su fin siempre al final siendo como el mundo quiere uno acaba en la soledad. Por eso decimos que se ve una luz que al final del sendero se apaga para nosotros la última luz de vida.

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